REFLEXIÓN FINAL
Nunca pensé que la literatura infantil pudiera ser
tan interesante, y es que hasta que no he tenido esta asignatura, no me he dado
cuenta de las grandes cosas que se aprenden y de lo enriquecedor, que, desde mi
punto de vista, es todo.
A continuación, voy a contaros aquellas cosas que
a mí me han parecido más interesantes, aquello que me ha llamado más la
atención, lo que desconocía o lo que, simplemente, me ha parecido más
importante para nuestro futuro como maestros.
Para empezar, cómo la literatura puede ayudar al
desarrollo de los niveles afectivos del niño. Nunca me había parado a pensar,
que una historia pudiera ayudar a un niño a desarrollar sus emociones. Cuando
son pequeños, a través de la literatura les podemos ayudar a diferenciar las
emociones y también a expresarlas. Les podemos enseñar que las emociones que
sentimos no tenemos que esconderlas, que sentir es humano y expresarlo también.
Que no tenemos que tener miedo a llorar, a querer, a sentir.
Antes de tener esta asignatura, desconocía la
diferenciación entre literatura y paraliteratura. Esta última, tiene un fin
didáctico o moralizante. Es muy importante que consideremos la literatura como
un arte, pero que sobretodo está hecho para disfrutar y a veces en ese disfrute
aprender. Por esto, no tenemos que centrarnos en qué van a aprender los niños
con este cuento, sino en qué cuento les va a hacer disfrutar. Si disfrutan,
acabarán aprendiendo por ellos mismos.
La importancia de conocer a los niños, con el fin
de ajustarnos a sus gustos e intereses. No podemos elegir los cuentos que vamos
a tener en clase a la ligera, según sus edades, habrá que elegir más un tipo de
cuentos antes que otros, dentro de que la biblioteca del aula debe ser rica y
variada. Debemos fijarnos, tanto en el libro físico, ya que si son muy pequeños
deberemos elegir hojas que sean fáciles de pasar un tamaño adecuado y aplastar
las esquinas; en las ilustraciones, en el tipo de letra y en el tema. Tienen
que ser capaces de entender el cuento, de disfrutarlo, de integrarlo y hacerlo
suyo.
En el teatro folclórico, se habla de títeres. Me
parece una idea genial para trabajar con los niños en clase, pero no que la
maestra maneje los títeres, sino que sean los propios niños los que tengan que
elaborarlos y posteriormente hacer una representación con ellos. De esta manera
trabajan la vergüenza, el vocabulario, la soltura a la hora de hablar y es una
forma de motivarlos, factor esencial para que aprendan con ganas.
En cuanto a
la actividad que realizamos de los cuentos folclóricos, me sorprendió
gratamente. La mayoría de cuentos clásicos que conocía, eran adaptaciones de
los originales. Gracias a este trabajo, pude conocer las verdaderas historias
de los que fueron mis cuentos favoritos y otras que aún no conocía. También
aprendí a adaptar dichas obras a niños, pues hay ciertas partes que es mejor
omitir o modificar, cuando te diriges a estos. Dentro de que todas las tareas
realizadas a lo largo de esta asignatura me han parecido muy interesantes y
esenciales para nuestro futuro profesional. Esta fue una de mis favoritas.
Ahora ya sé qué debo hacer cuando un cuento no está adaptado a los niños, qué
es lo que debería modificar y de qué manera. Este trabajo, lo tendré muy
presente en mi futuro profesional.
En el bloque de la hora del cuento, vimos lo tres
tipos de narración literaria. Antes de tocar este tema, las desconocía como
tal. Se trata de narración con libro, lectura y cuentacuentos. No podemos
utilizar solo un tipo con nuestros alumnos, sino que tendremos que intercalar
los tres. Probablemente, algunos niños preferirán un tipo antes que otro, pero
si les damos la posibilidad de conocer los tres y de adentrarse y profundizar
en estos, le acabarán cogiendo gusto a todos. Además, cada uno les aportará
nuevos conocimientos, desde lenguaje que desconocían, hasta tipos de
entonación, distinción de emociones mediante los gestos de la cara, etc.
También es interesante, que al final de cada lectura, narración o cuentacuentos,
se les permita a los niños reflexionar sobre aquello que acaba de ver y
escuchar. De esta forma, hacemos que integre los aprendizajes que ha ido
deduciendo y les permitimos reflexionar de manera crítica. Así interpretarán
los cuentos a su manera, sin que se les imponga nada, con el fin de alimentar
su creatividad.
En la actividad que realizamos de este bloque, a
mí me tocó ser cuentacuentos. Al principio no me gustó mucho la idea, pues me
parecía el más complicado y pensaba que tenía un alto porcentaje de
probabilidades de quedarme en blanco mientras lo contaba. Pero al final lo
disfruté, evidentemente me puse nerviosa y en ciertas partes iba demasiado
rápido, precisamente por los nervios. Pero cada vez que lo repetía, me salía
mejor y lo disfrutaba más. Esta actividad me ayudó a quitarme el miedo a contar
cuentos y sobre todo el miedo a equivocarme.
La narración con libro y la lectura, son dos
estrategias, que, aunque no pude llevar a cabo me gustaron mucho. Las imágenes
de estos cuentos deben ser muy atractivas para los niños, con el fin de llamar
su atención y meterles dentro de la historia. La forma en que gesticulamos y
contamos la historia, también es vital para conseguir que los niños se sumerjan
en la magia del cuento. Por lo que tenemos que ponerle muchas ganas a la hora
de contar, narrar o leer cuentos; pues solo de esta forma, transmitiremos a los
niños ese amor por la literatura y les contagiaremos.
La creación literaria, es, desde mi punto de
vista, algo vital que todo futuro maestro debería trabajar en su preparación.
Los distintos tipos de creación, verso, prosa y teatro, deberían trabajarse en
un aula de educación infantil. Cada uno aporta cosas necesarias para el
crecimiento personal de los niños. Además, crearlos con ellos puede llegar a
ser muy divertido y enriquecedor. Además, de esta manera, desarrollaremos su
creatividad, daremos pie a la imaginación, la fantasía, les dejaremos ser y no
les limitaremos sus pensamientos, gustos ni preferencias.
Dentro de cada tipo de creación, hay variantes y
dependiendo de la edad en la que te centres, deberás utilizar un tipo u otro.
Yo, por ejemplo, con los cursos más pequeños 3-4 años utilizaría la
comparación. Por ejemplo:
Mi madre es como un tesoro,
Mi madre es como una flor,
Mi madre es como un bombón,
Mi madre es como un corazón,
Quiero mucho a mi madre.
Este es un tipo de poema en verso sencillo, al que
se le puede sacar mucho partido con niños de dichas edades.
En cambio, para niños un poco más mayores 5-6
años, utilizaría el poema encadenado. Como, por ejemplo:
Mi perro es pequeño como una hormiga,
La hormiga que se me cuela en casa,
La casa en la que vivo con mi familia,
La familia que es como una cadena,
La cadena de la que forma parte mi perro.
Este tipo de poema es muy interesante para estas
edades, ya que su imaginación es infinita y dicen cosas muy originales y
divertidas.
Crear cuentos en prosa con los niños, también
resulta muy interesante a la par que divertido. A estas edades, esa imaginación
con la que se nace aun no les ha sido arrebatada. Por lo que es muy importante
intentar que siga de esa forma y cultivarla. ¿Y qué mejor forma de hacerlo, que
creando cuentos? A los niños les encantarán estas actividades. Cuando son
pequeños, 3-4 años, podemos hacer el cuento entre toda la clase, ya que aún no
saben escribir y deberá ser la profesora quien lo haga. En cambio, cuando son
un poco más mayores, podrán empezar a escribir sus propias creaciones, cosa que
les motivará enormemente y les hará mucha ilusión.
En cuanto al teatro, me parece uno de los puntos
más importantes. Si los niños se acostumbran desde que son pequeños a hacer
representaciones teatrales frente a un público, cuando sean mayores, todo lo
que tenga que realizar frente personas desconocidas, les resultará mucho más
fácil. En EEUU, en este ámbito tienen mucha ventaja, pues desde que entran en
el colegio, hasta que salen, hacen representaciones o actividades frente a
muchas personas. Esto les ayuda a desenvolverse en un “lugar incómodo” y a
coger confianza en sí mismos. Por eso creo, que en España se le debería dar
mucha más importancia de la que se le da, al teatro.
Por último, la biblioteca de aula. La actividad
que hemos realizado sobre este bloque, me ha parecido esencial y probablemente
la más importante. El saber qué libros hay que escoger para qué edades, es un
factor vital, pues no podemos meter en un aula cualquier cuento, aunque parezca
de niños. Pues muchas veces vemos cuentos que aparentemente son para niños y
luego resultan no serlo. Por lo que teneos que “estudiar” cada libro, con el
fin de elegir los correctos para nuestros alumnos.
También debemos tener en cuenta los espacios en el
aula. Tendríamos que colocar el espacio de lectura cerca de una ventana, pues
cuanta más luz haya, mejor podrán ver los cuentos y menos tendrán que forzar la
vista. Es muy importante la colocación de los cuentos en la biblioteca, pues
deben estar a la altura de los niños y además, colocados de manera que se vean
todas las portadas, no uno detrás de otro.
En la escuela infantil en la que estuve de
prácticas en febrero, no cumplía ninguna de las “normas” que una buena
biblioteca de cual debería tener. Para empezar, los cuentos no eran muy
adecuados para la edad de los niños 2-3 años, estaban todos apilados en una
caja, de manera que no podían verlos todos, y además todos eran de tapa dura y
con puntas pinchantes.
Por esto me parece tan importante el que todos los
maestros conozcan la literatura infantil y todo lo que esta conlleva.
CONCLUSIÓN:
Sin duda, esta ha sido una de mis asignaturas
favoritas este cuatrimestre, y es, sin duda alguna, con la que más he
aprendido. Como he dicho anteriormente, me parece una asignatura vital para
todos aquellos que quieran ser maestros, pues la literatura es un arte que
debería estar presente en todas las aulas, desde que son pequeños, hasta que se
despiden del colegio. Pero debemos tratar de motivarles y no obligarles a leer
obras que no les interesan y les aburren. Al menos, esto es lo que me hacían a
mí. Yo le cogí manía a la literatura, debido a los libros tan aburrido que nos
mandaban leer. No fue hasta que tenía 14 años, que leí el primer libro que de
verdad me apasionó y desde entonces me gusta leer. Por eso es muy importante
que siempre les recomendemos leer historias que les vayan a gustar, porque se
sientan identificados, porque es un personaje al que quieren aspirar, o
simplemente, porque les gusta la historia.
Cierro esta conclusión diciendo que, gracias a
esta asignatura, ahora sé un poco más acerca de este arte que es la literatura,
en este caso infantil y del que quiero seguir aprendiendo, no sólo hasta que
llegue a ser maestra, sino durante toda mi vida.
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