sábado, 27 de mayo de 2017


REFLEXIÓN FINAL

Nunca pensé que la literatura infantil pudiera ser tan interesante, y es que hasta que no he tenido esta asignatura, no me he dado cuenta de las grandes cosas que se aprenden y de lo enriquecedor, que, desde mi punto de vista, es todo.

A continuación, voy a contaros aquellas cosas que a mí me han parecido más interesantes, aquello que me ha llamado más la atención, lo que desconocía o lo que, simplemente, me ha parecido más importante para nuestro futuro como maestros.

Para empezar, cómo la literatura puede ayudar al desarrollo de los niveles afectivos del niño. Nunca me había parado a pensar, que una historia pudiera ayudar a un niño a desarrollar sus emociones. Cuando son pequeños, a través de la literatura les podemos ayudar a diferenciar las emociones y también a expresarlas. Les podemos enseñar que las emociones que sentimos no tenemos que esconderlas, que sentir es humano y expresarlo también. Que no tenemos que tener miedo a llorar, a querer, a sentir.

Antes de tener esta asignatura, desconocía la diferenciación entre literatura y paraliteratura. Esta última, tiene un fin didáctico o moralizante. Es muy importante que consideremos la literatura como un arte, pero que sobretodo está hecho para disfrutar y a veces en ese disfrute aprender. Por esto, no tenemos que centrarnos en qué van a aprender los niños con este cuento, sino en qué cuento les va a hacer disfrutar. Si disfrutan, acabarán aprendiendo por ellos mismos.

La importancia de conocer a los niños, con el fin de ajustarnos a sus gustos e intereses. No podemos elegir los cuentos que vamos a tener en clase a la ligera, según sus edades, habrá que elegir más un tipo de cuentos antes que otros, dentro de que la biblioteca del aula debe ser rica y variada. Debemos fijarnos, tanto en el libro físico, ya que si son muy pequeños deberemos elegir hojas que sean fáciles de pasar un tamaño adecuado y aplastar las esquinas; en las ilustraciones, en el tipo de letra y en el tema. Tienen que ser capaces de entender el cuento, de disfrutarlo, de integrarlo y hacerlo suyo.


En el teatro folclórico, se habla de títeres. Me parece una idea genial para trabajar con los niños en clase, pero no que la maestra maneje los títeres, sino que sean los propios niños los que tengan que elaborarlos y posteriormente hacer una representación con ellos. De esta manera trabajan la vergüenza, el vocabulario, la soltura a la hora de hablar y es una forma de motivarlos, factor esencial para que aprendan con ganas.

 En cuanto a la actividad que realizamos de los cuentos folclóricos, me sorprendió gratamente. La mayoría de cuentos clásicos que conocía, eran adaptaciones de los originales. Gracias a este trabajo, pude conocer las verdaderas historias de los que fueron mis cuentos favoritos y otras que aún no conocía. También aprendí a adaptar dichas obras a niños, pues hay ciertas partes que es mejor omitir o modificar, cuando te diriges a estos. Dentro de que todas las tareas realizadas a lo largo de esta asignatura me han parecido muy interesantes y esenciales para nuestro futuro profesional. Esta fue una de mis favoritas. Ahora ya sé qué debo hacer cuando un cuento no está adaptado a los niños, qué es lo que debería modificar y de qué manera. Este trabajo, lo tendré muy presente en mi futuro profesional.

En el bloque de la hora del cuento, vimos lo tres tipos de narración literaria. Antes de tocar este tema, las desconocía como tal. Se trata de narración con libro, lectura y cuentacuentos. No podemos utilizar solo un tipo con nuestros alumnos, sino que tendremos que intercalar los tres. Probablemente, algunos niños preferirán un tipo antes que otro, pero si les damos la posibilidad de conocer los tres y de adentrarse y profundizar en estos, le acabarán cogiendo gusto a todos. Además, cada uno les aportará nuevos conocimientos, desde lenguaje que desconocían, hasta tipos de entonación, distinción de emociones mediante los gestos de la cara, etc. También es interesante, que al final de cada lectura, narración o cuentacuentos, se les permita a los niños reflexionar sobre aquello que acaba de ver y escuchar. De esta forma, hacemos que integre los aprendizajes que ha ido deduciendo y les permitimos reflexionar de manera crítica. Así interpretarán los cuentos a su manera, sin que se les imponga nada, con el fin de alimentar su creatividad.
En la actividad que realizamos de este bloque, a mí me tocó ser cuentacuentos. Al principio no me gustó mucho la idea, pues me parecía el más complicado y pensaba que tenía un alto porcentaje de probabilidades de quedarme en blanco mientras lo contaba. Pero al final lo disfruté, evidentemente me puse nerviosa y en ciertas partes iba demasiado rápido, precisamente por los nervios. Pero cada vez que lo repetía, me salía mejor y lo disfrutaba más. Esta actividad me ayudó a quitarme el miedo a contar cuentos y sobre todo el miedo a equivocarme.

La narración con libro y la lectura, son dos estrategias, que, aunque no pude llevar a cabo me gustaron mucho. Las imágenes de estos cuentos deben ser muy atractivas para los niños, con el fin de llamar su atención y meterles dentro de la historia. La forma en que gesticulamos y contamos la historia, también es vital para conseguir que los niños se sumerjan en la magia del cuento. Por lo que tenemos que ponerle muchas ganas a la hora de contar, narrar o leer cuentos; pues solo de esta forma, transmitiremos a los niños ese amor por la literatura y les contagiaremos.

La creación literaria, es, desde mi punto de vista, algo vital que todo futuro maestro debería trabajar en su preparación. Los distintos tipos de creación, verso, prosa y teatro, deberían trabajarse en un aula de educación infantil. Cada uno aporta cosas necesarias para el crecimiento personal de los niños. Además, crearlos con ellos puede llegar a ser muy divertido y enriquecedor. Además, de esta manera, desarrollaremos su creatividad, daremos pie a la imaginación, la fantasía, les dejaremos ser y no les limitaremos sus pensamientos, gustos ni preferencias.
Dentro de cada tipo de creación, hay variantes y dependiendo de la edad en la que te centres, deberás utilizar un tipo u otro. Yo, por ejemplo, con los cursos más pequeños 3-4 años utilizaría la comparación. Por ejemplo:

Mi madre es como un tesoro,
Mi madre es como una flor,
Mi madre es como un bombón,
Mi madre es como un corazón,
Quiero mucho a mi madre.

Este es un tipo de poema en verso sencillo, al que se le puede sacar mucho partido con niños de dichas edades.
En cambio, para niños un poco más mayores 5-6 años, utilizaría el poema encadenado. Como, por ejemplo:

Mi perro es pequeño como una hormiga,
La hormiga que se me cuela en casa,
La casa en la que vivo con mi familia,
La familia que es como una cadena,
La cadena de la que forma parte mi perro.

Este tipo de poema es muy interesante para estas edades, ya que su imaginación es infinita y dicen cosas muy originales y divertidas.

Crear cuentos en prosa con los niños, también resulta muy interesante a la par que divertido. A estas edades, esa imaginación con la que se nace aun no les ha sido arrebatada. Por lo que es muy importante intentar que siga de esa forma y cultivarla. ¿Y qué mejor forma de hacerlo, que creando cuentos? A los niños les encantarán estas actividades. Cuando son pequeños, 3-4 años, podemos hacer el cuento entre toda la clase, ya que aún no saben escribir y deberá ser la profesora quien lo haga. En cambio, cuando son un poco más mayores, podrán empezar a escribir sus propias creaciones, cosa que les motivará enormemente y les hará mucha ilusión.

En cuanto al teatro, me parece uno de los puntos más importantes. Si los niños se acostumbran desde que son pequeños a hacer representaciones teatrales frente a un público, cuando sean mayores, todo lo que tenga que realizar frente personas desconocidas, les resultará mucho más fácil. En EEUU, en este ámbito tienen mucha ventaja, pues desde que entran en el colegio, hasta que salen, hacen representaciones o actividades frente a muchas personas. Esto les ayuda a desenvolverse en un “lugar incómodo” y a coger confianza en sí mismos. Por eso creo, que en España se le debería dar mucha más importancia de la que se le da, al teatro.

Por último, la biblioteca de aula. La actividad que hemos realizado sobre este bloque, me ha parecido esencial y probablemente la más importante. El saber qué libros hay que escoger para qué edades, es un factor vital, pues no podemos meter en un aula cualquier cuento, aunque parezca de niños. Pues muchas veces vemos cuentos que aparentemente son para niños y luego resultan no serlo. Por lo que teneos que “estudiar” cada libro, con el fin de elegir los correctos para nuestros alumnos.

También debemos tener en cuenta los espacios en el aula. Tendríamos que colocar el espacio de lectura cerca de una ventana, pues cuanta más luz haya, mejor podrán ver los cuentos y menos tendrán que forzar la vista. Es muy importante la colocación de los cuentos en la biblioteca, pues deben estar a la altura de los niños y además, colocados de manera que se vean todas las portadas, no uno detrás de otro.
En la escuela infantil en la que estuve de prácticas en febrero, no cumplía ninguna de las “normas” que una buena biblioteca de cual debería tener. Para empezar, los cuentos no eran muy adecuados para la edad de los niños 2-3 años, estaban todos apilados en una caja, de manera que no podían verlos todos, y además todos eran de tapa dura y con puntas pinchantes.
Por esto me parece tan importante el que todos los maestros conozcan la literatura infantil y todo lo que esta conlleva.

CONCLUSIÓN:

Sin duda, esta ha sido una de mis asignaturas favoritas este cuatrimestre, y es, sin duda alguna, con la que más he aprendido. Como he dicho anteriormente, me parece una asignatura vital para todos aquellos que quieran ser maestros, pues la literatura es un arte que debería estar presente en todas las aulas, desde que son pequeños, hasta que se despiden del colegio. Pero debemos tratar de motivarles y no obligarles a leer obras que no les interesan y les aburren. Al menos, esto es lo que me hacían a mí. Yo le cogí manía a la literatura, debido a los libros tan aburrido que nos mandaban leer. No fue hasta que tenía 14 años, que leí el primer libro que de verdad me apasionó y desde entonces me gusta leer. Por eso es muy importante que siempre les recomendemos leer historias que les vayan a gustar, porque se sientan identificados, porque es un personaje al que quieren aspirar, o simplemente, porque les gusta la historia.

Cierro esta conclusión diciendo que, gracias a esta asignatura, ahora sé un poco más acerca de este arte que es la literatura, en este caso infantil y del que quiero seguir aprendiendo, no sólo hasta que llegue a ser maestra, sino durante toda mi vida.

BIBLIOGRAFÍA.





Labajo, I. (2017) Teoría de Literatura Infantil.

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